
Sinopsis:
Segunda distribución de la trilogía, ambientada en el Caribe y México, entre 1518 y 1521.
Tres españoles fueron los primeros de europa, y quizás los únicos, que alcanzaron a contemplar el país de los aztecas en su instante de mayor esplendor, desde lo prominente del volcán Popocatepetl. La Historia nos ha legado el nombre de uno de estos vanguardistas, el caballero Diego de Ordás; pero, como en tantas ocasiones ocurrió antes, olvidó nombrar el mucho más humilde nombre de Gonzalo de Aguilar. En este libro desvelaremos asimismo porqué razón Pedro de Alvarado, el más destacable amigo y mucho más confiable lugarteniente de Hernán Cortés, en una conducta inexplicable, dio orden de aniquilar a la nobleza de Tenochtitlán y desordenar de este modo toda la tarea diplomática de este. Un fallo de cálculo trágico para bastantes de sus camaradas, que hallarían la desaparición en la infausta “Noche Triste”, de la que en este momento festejamos su Quinto Centenario, rindiendo homenaje a los legendarios Conquistadores españoles.
Tres españoles fueron los primeros de europa, y quizás los únicos, que alcanzaron a contemplar el país de los aztecas en su instante de mayor esplendor, desde lo prominente del volcán Popocatepetl. La Historia nos ha legado el nombre de uno de estos vanguardistas, el caballero Diego de Ordás; pero, como en tantas ocasiones ocurrió antes, olvidó nombrar el mucho más humilde nombre de Gonzalo de Aguilar. En este libro desvelaremos asimismo porqué razón Pedro de Alvarado, el más destacable amigo y mucho más confiable lugarteniente de Hernán Cortés, en una conducta inexplicable, dio orden de aniquilar a la nobleza de Tenochtitlán y desordenar de este modo toda la tarea diplomática de este. Un fallo de cálculo trágico para bastantes de sus camaradas, que hallarían la desaparición en la infausta “Noche Triste”, de la que en este momento festejamos su Quinto Centenario, rindiendo homenaje a los legendarios Conquistadores españoles.