
Sinopsis:
Les presento una historia de ficción histórica, aventura, romance, guerra espiritual, todo en el contexto de la temporada colonial en la hermosa localidad de Vieja Guatemala, sus volcanes, vales y rios.
Al caer la noche, desde Santurrón Domingo hasta Candelaria, se veía pasar a un hombre vestido de negro montado sobre un brioso potro negro como la noche. De cuando en cuando llevaba 2 mulas cargadas, otras salía solo. Aquel hombre cubría la mitad de su rostro con un pañuelo y sobre su cabeza el enorme sombrero de ala ancha solamente dejaba entrever 2 ojos de mirada profunda. Quienes le vieron comentan que no charlaba, pero esos ojos que podían expresar enojo y desprecio hacia los hombres, al tiempo eran tiernos y embriagadores con las mujeres; a ellas las sostenía delicadamente por la cintura, les acariciaba el pelo y las extasiaba con su canto. En el momento en que le escuchaban, se perdían fascinadas y escapaban a la verdad. No se recobraban, se consumían aguardando que aquel de quien se habían enamorado volviese para amarlas.¿De qué forma se llamaba el enamorado enigmático? Absolutamente nadie lo supo, su identidad se perdió. Desde hacía bastante, en el momento en que charlaban de él, veían a un lado y al otro, entonces en voz baja le llamaban: El Sombrerón.
Al caer la noche, desde Santurrón Domingo hasta Candelaria, se veía pasar a un hombre vestido de negro montado sobre un brioso potro negro como la noche. De cuando en cuando llevaba 2 mulas cargadas, otras salía solo. Aquel hombre cubría la mitad de su rostro con un pañuelo y sobre su cabeza el enorme sombrero de ala ancha solamente dejaba entrever 2 ojos de mirada profunda. Quienes le vieron comentan que no charlaba, pero esos ojos que podían expresar enojo y desprecio hacia los hombres, al tiempo eran tiernos y embriagadores con las mujeres; a ellas las sostenía delicadamente por la cintura, les acariciaba el pelo y las extasiaba con su canto. En el momento en que le escuchaban, se perdían fascinadas y escapaban a la verdad. No se recobraban, se consumían aguardando que aquel de quien se habían enamorado volviese para amarlas.¿De qué forma se llamaba el enamorado enigmático? Absolutamente nadie lo supo, su identidad se perdió. Desde hacía bastante, en el momento en que charlaban de él, veían a un lado y al otro, entonces en voz baja le llamaban: El Sombrerón.
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