Las putas de Nuestra Señora de la Candelaria

¿Puede un joven sicario ser, al tiempo, un hombre leal, tierno, que cree en la amistad y en el cariño? Esa es el interrogante que subyace en toda la novela.
Brayan ha nativo de la Comuna 8 de Medellín, donde la supervivencia es un reto períodico, y la vida y la desaparición poco mucho más que un juego.
Habituado a desenvolverse en las mucho más bien difíciles situaciones, se ve envuelto en una conspiración y debe escapar a La capital española. Allí conoce a una secuencia de individuos que le hace cambiar su visión de todo el mundo y, más que nada, conoce la traición de lo que creía eran sus amigos.