
Sinopsis:
Séptimo tomo de la saga Foscor.
Evelyn y sus amigos se apuntaron a un curso de verano en la escuela de lenguajes para pasar tiempo juntos antes que Echo se marche a la facultad. La noche antes que comience, a lo largo de el lapso de una tormenta torrencial, Evelyn salva del río a un chaval que está a puntito de ahogarse y que sufre un caso agudo de amnesia. El joven, que es japonés, solo ten en cuenta que tiene por nombre Kai y muestra una actitud peculiar, tal y como si no fuese totalmente humano.
Evelyn, maravillada por su hermosura y original accionar, va a hacer oídos suecos en el momento en que Trish empieze a profetizar que el chaval no es de este planeta. Atrapada en un torbellino de confusión entre sus sentimientos por Kai y Echo, tal como las atenciones de Leo, el chaval nuevo del pueblo, Evelyn se va a ver obligada a escoger a quién debe sus lealtades, especialmente cuando las cosas entre Echo y ella empiecen a torcerse. Este, conformado por Trish y Leo, asegura que Kai es un farsante, y que la narración de su amnesia es una patraña, al paso que Evelyn prosigue empeñada en proteger la inocencia del chaval.
No obstante... ¿de qué manera posiblemente Kai tenga tanto dinero si apareció prácticamente desvisto y desmemoriado en el centro del río? ¿Por qué razón ignora las prácticas sociales mucho más básicas, pero al unísono semeja entender precisamente qué realizar a cada instante?
En su combatir por revelar el secreto que da un giro cerca de Kai, los amigos de Evelyn toparán con viejas sociedades segregas en combate contra el mal, rituales misterios de pescadores y leyendas ancestrales sobre dioses marinos. ¿Podría ser que la existencia de Kai tuviese algo que ver con las lluvias que no abandonan el pueblo, y que han comenzado justo la noche de su llegada? Y sucede que por mucho que Evelyn se muestre incrédula, Trish lo tiene clarísimo... En Foscor las casualidades no hay.
Evelyn y sus amigos se apuntaron a un curso de verano en la escuela de lenguajes para pasar tiempo juntos antes que Echo se marche a la facultad. La noche antes que comience, a lo largo de el lapso de una tormenta torrencial, Evelyn salva del río a un chaval que está a puntito de ahogarse y que sufre un caso agudo de amnesia. El joven, que es japonés, solo ten en cuenta que tiene por nombre Kai y muestra una actitud peculiar, tal y como si no fuese totalmente humano.
Evelyn, maravillada por su hermosura y original accionar, va a hacer oídos suecos en el momento en que Trish empieze a profetizar que el chaval no es de este planeta. Atrapada en un torbellino de confusión entre sus sentimientos por Kai y Echo, tal como las atenciones de Leo, el chaval nuevo del pueblo, Evelyn se va a ver obligada a escoger a quién debe sus lealtades, especialmente cuando las cosas entre Echo y ella empiecen a torcerse. Este, conformado por Trish y Leo, asegura que Kai es un farsante, y que la narración de su amnesia es una patraña, al paso que Evelyn prosigue empeñada en proteger la inocencia del chaval.
No obstante... ¿de qué manera posiblemente Kai tenga tanto dinero si apareció prácticamente desvisto y desmemoriado en el centro del río? ¿Por qué razón ignora las prácticas sociales mucho más básicas, pero al unísono semeja entender precisamente qué realizar a cada instante?
En su combatir por revelar el secreto que da un giro cerca de Kai, los amigos de Evelyn toparán con viejas sociedades segregas en combate contra el mal, rituales misterios de pescadores y leyendas ancestrales sobre dioses marinos. ¿Podría ser que la existencia de Kai tuviese algo que ver con las lluvias que no abandonan el pueblo, y que han comenzado justo la noche de su llegada? Y sucede que por mucho que Evelyn se muestre incrédula, Trish lo tiene clarísimo... En Foscor las casualidades no hay.
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